
Como parte infinita, como gota
del océano verde que fulgura,
el latido permea las palabras:
vive, vive sin tregua ni respiro
por los callejones sin nombre.
Haz usufructo de huellas y caminos
que antes de ti, fueron abiertos
más no pierdas el hilo invisible
que pende de algún sitio de los cielos.
Nada tenemos aquí, sino el descubrimiento.