Gladiolo - Google image |
Volver atrás,
que Eva y Adán
no muerdan la manzana
para que hoy, sedientos
ya no bebamos la copa del cinismo
cuya vendimia ha ulcerado los paisajes.
Hasta la hierba
sabe,
hasta la hierba
entiende
el dolor de un
hombre confinado
a su memoria.
¡Cuánta
injusticia, jinete oscuro
apurando galope sobre el viento!
El discurrir de las lenguas marchitas
ese tañer de
címbalos vacíos,
sin fulgores.
Tapiado en una
celda,
con la semilla de mostaza
en su mano reseca
y temblorosa,
un falso reo da
sentido a un ejército.
La mirada del
niño afila
puñales ocultos.
¡Cuánta
injusticia, humo en los ojos!
¡Cuánto cincel
golpeando en las heridas!
Forcé distancias, trepé a los aviones
bebí café
amargo en los hoteles.
El trueno de tu
voz me perseguía
y temblaba el
flamboyán bermejo
en incesante aleteo de palomas.
Entonces ví el
aguijón de la muerte
buitre
insaciable,
clavado en
un gladiolo blanco.
¡Benditas sean las
putas del planeta
que regalan su
don en los caminos!
Ellas serán las
primeras en pasar
por el delgado
ojo de la aguja.
Jeniffer Moore
4 comments:
Hermosos tus escritos, mis felicitaciones Jenny
hermoso tu blog, mis felicitaciones
Tremendo, desde que comienza atrapa con ese arranque de universalidad existencial. Para mí, de lo mejor entre toda tu magnífica obra poética. Un beso.
Muchas gracias! Fuerte abrazo.
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