Aquí, al borde mismo
del espanto
con el índice extendido hacia la llaga
sin comprender el infinito
sin saber
la anchurosa dimensión
de lo que sientes.
Sin embargo,
amanece la injusticia y veo
a mi pueblo llevando en su cabeza
un pañuelo de gracia.
Dónde estás
esas bocas repiten
Dónde estás
por respuesta reciben.
Cada cual que se busca, se encuentra
alguna vez, en cualquier día.
Bastará que recoja su mano
de revolver la herida.
JENIFFER MOORE
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