Sin
temer la distancia, ni  a caminos trazados
sobre
el espino ardiente de las desilusiones,
nos
vimos  en la niebla  de cielos apagados
y
huyeron los cerrojos de todas las prisiones.
Si
en el tiempo  ha crecido la flor de la confianza
por
designio de Alguien que gobierna en la altura,
andaremos
en gozo,  en virtud, en  labranza
ignorando
las  sombras con bitácora  pura.
Y
seremos  un tibio resplandor  en esencia,
fructificando
unidos cada día  triunfal:
Escudo
 victorioso que disipa la ausencia;
reunidas
nuestras voces  en un canto ancestral
daremos
el presente en la gran comparecencia:
alzando
sobre el mundo del  Amor la señal.
Jeniffer Moore
4 comments:
Mucha calidad y elegancia en tu soneto querida Jeni. Yo jamas de los jamases me he animado a uno, no podria mas bien no sabria! Asique me inclino con toda la admiracion que sabes me merece tu obra. Un abrazo muy grande.
Muchas gracias, María. Es tan modesto este soneto, casi un ejercicio, un breve intento de mirar a los ojos a esa bestia de catorce patas.
Un gran abrazo y sigamos en la fiesta de la Palabra.
Preciosísimo Soneto, Jeniffer, incita a continuar enamorado del amor... Un abrazo enorme, amiga.
Gracias Jorge! solo el amor es digno de fe, como alguien dijo. Vivir enamorados es el camino mejor. Un gran abrazo!
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