Saturday, December 24, 2005

MI NAVIDAD



Mi Navidad fue, esta vez, un día de Noviembre, común e inadvertido. En el sofá sentada, con mi Biblia sobre las rodillas, leía Isaías, Capítulo 40. Y como tantas veces, al leer la Palabra de Dios, mi corazón se estremeció con una emoción inexplicable. Oré y sabía con certeza que era oída. Cerré los ojos y sentí como si estuviera viendo la inmensidad del Universo delante de mí. Simplemente leía la Palabra de Dios en este párrafo:
“ Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios... preparad camino al Señor, enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Levantad en alto vuestros ojos y mirad Quién creó estas cosas; El saca y cuenta su ejército, a todas llama por sus nombres; ninguna faltará. Tal es la grandeza de su fuerza y el poder de su dominio.” (Isaias 40: 1,3,26)

Todos tenemos un ojo espiritual que, cuando se abre a la luz de Dios, ve y entiende su Palabra. Y en eso consiste la Navidad. En abrir nuestro interior a comprender los caminos de Dios en nuestra vida. En aceptar el Amor incondicional del Creador y reconocer nuestra finitud y necesidad de comunión con El. En creerle, como niños, como hijos y confiar en las promesas de su Palabra.

“He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo” S. Mateo 28:20b

El único regalo importante que necesitamos recibir es que Dios nos siga amando y el mejor que podemos ofrecer, es nuestro amor a los demás. Lo más barato e intrascendente es ir a una tienda y comprar regalos navideños para una alegría momentánea y pasajera, más que todo compensadora de faltas y ausencias.
Por eso mi Navidad raramente coincide con las fechas que establece la sociedad, y se repite frecuentemente durante todo el año, porque cada vez que abro mi ojo interior y le contemplo en la Naturaleza, en la Biblia, en la mirada de un semejante, entonces, un Belén renovado se ilumina bajo las estrellas y Dios se hace hombre en Jesucristo, para seguir amándonos. Todo ocurre dentro de ese recinto inexpugnable que es el corazón humano. Allí, es donde hay o no Navidad. Allí nacemos y morimos, a elección, cada día.

JENIFFER MOORE

1 comment:

Jeniffer Moore said...

Gracias por tu paso por este rincón de letras, querido amigo. Un fuerte abrazo
Jeniffer