Sueño. Es la mañana nuevamente y sigo viva.
Un alambrado de púas y misiles ha quedado atrás.
Vuelvo del campo. Oigo tu risa.
Ya no me envuelvo en mantas espartanas
y en la funda reposa, gastado, mi puñal.
Sierva del tiempo soy y no he podido
arrebatar al calendario un día, sin que tuviera
que entregar el doble. He pagado mi deuda.
Sólo quité de las alforjas, peso
esa correa que ataba mi calzado,
el fulgor inocente de los ojos
y me perdí en la noche, como un ángel
JENIFFER MOORE
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