Tú necesitas el abrazo, yo necesito el abrazo, el niño que nació sin que la madre lo deseara, necesita el abrazo.
Abrazemos juntos al niño y nos encontraremos tú y yo, distantes y tan cercanos, alejados sí, de nuestras propias sombras, y juntos haciendo lo único que realmente necesitamos de verdad, darnos, darnos, darnos.
Y no creas que no lloro las carencias, como vos las llorás en silencio. A mí me salen a gritos inaudibles por todas las letras de mi garganta. Pero cuando morimos, bien muertos y sepultados, nacemos con el halo de la luz que le es necesaria al mundo entero. De ese Amor te hablo, luz de los sobrevivientes, como nosotros.
Sin embargo, no es de todos este camino. Cuando el dolor persiste, tal vez haya que alejarse de lo que nos sofoca tanto. El tiempo es un maestro sabio y él nos enseña el momento. No es que yo sepa hacerlo, ni sea tan valiente, pero quizás vos lo seas y por eso te lo digo.
Jeniffer Moore
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