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Hoy, que llevo en mi sangre tu vehemencia
amanecí de par en par en la ventana
con sus cristales limpios de sarcasmos.
Y lloro entonces, despacio, mientras llueve
sobre la espalda numerosa de los árboles.
¿Y por qué he de llorar
si hoy, que llevo en mi sangre tu vehemencia
amanecí de par en par en la ventana?
Es que soy gota insurrecta,
perdida entre tus lágrimas.
Y como lágrima al fin, agua que vuelve
y se transforma en nube, en luz
en catarata, en río.
Voy vertiendo en tus cauces el deseo,
este milagro de cantos contra -miseria
encendidos en candiles rotos.
Hoy, que llevo en mi sangre tu vehemencia
y amanecí de par en par en la ventana,
entre los peces asustados
lucho contigo, en la corriente.
Oh!... si pudiera caminar sobre sus lomos
apoyada en el viento!
Te llevaría en brazos, cual pájaro dormido
cuyas alas inmensas se han quebrado.
Jeniffer Moore
2 comments:
Con mucho sentimiento tus letras.
Un gusto leerte.
Saludos.
Gracias, Salvador. Un placer que pases por aquí. Saludos cordiales desde Miami.
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